En este episodio del podcast «Teoría en Movimiento», abordamos el entrenamiento para la participación (o entrenamiento para la Salud), su impacto en la salud y las diferencias clave con el entrenamiento de alto rendimiento. Daniel Leite, Ana Ortiz y el Lic. Martín Mañana discuten cómo adaptar la teoría del entrenamiento deportivo a las necesidades individuales.
La importancia del entrenamiento para la Salud
Este tipo de entrenamiento es fundamental para mejorar la salud física y mental de las personas, fomentando hábitos de vida saludables y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Los métodos y medios de entrenamiento varían según la edad. Para los niños, es ideal utilizar juegos y actividades lúdicas. Para adultos, se pueden incorporar ejercicios más estructurados como el entrenamiento funcional o el yoga.
Ambientes y sesiones ideales
Los mejores ambientes para el entrenamiento de participación son aquellos que promueven la inclusión y la comodidad. Los parques, gimnasios comunitarios y centros deportivos son ideales. Los grupos deben estar conformados por personas con objetivos similares y niveles de condición física comparables para fomentar el apoyo mutuo y la motivación.
Una sesión ideal podría incluir un calentamiento, ejercicios cardiovasculares, entrenamiento de fuerza y estiramientos finales. Es crucial adaptar las actividades a las capacidades de cada participante y asegurarse de que todos comprendan los objetivos y beneficios de cada ejercicio.
Actitudes y compromisos de los estudiantes de Educación Física
Aunque los estudiantes muestren un alto grado de compromiso y entusiasmo al aprender sobre la importancia del entrenamiento para la salud, también enfrentan desafíos al tratar de cambiar las percepciones tradicionales del entrenamiento exclusivamente competitivo.
Entre las estrategias para aumentar el interés se incluyen la promoción de los beneficios a largo plazo, la personalización de los programas de entrenamiento y la inclusión de actividades divertidas y variadas. Es esencial contar con docentes experimentados para guiar el proceso y evitar riesgos asociados con un entrenamiento inapropiado o mal planificado.
Frecuencia ideal y evolución del entrenamiento
Se recomienda comenzar con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana y aumentar gradualmente la intensidad y duración de las sesiones a medida que los participantes mejoran su condición física. Es importante realizar evaluaciones periódicas para monitorear el progreso y ajustar los programas según sea necesario.
Al iniciar un programa de entrenamiento, se debe prestar atención al calzado adecuado, las superficies planas y evitar pendientes pronunciadas. Esto ayuda a prevenir lesiones y a garantizar una experiencia de ejercicio segura y efectiva.
Diferencia entre el entrenamiento para la Salud y para el Alto Rendimiento
El primero está enfocado en la participación y disfrute de la actividad física, con objetivos de salud y bienestar a largo plazo. Mientras que el segundo está orientado al éxito competitivo, con una planificación meticulosa y un enfoque en el rendimiento máximo.
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El entrenamiento para la participación y la salud tiene un enfoque que promueve beneficios físicos y mentales a largo plazo. Mientras tanto, el entrenamiento de alto rendimiento está diseñado para alcanzar metas específicas en el deporte, lo que requiere una planificación y un esfuerzo considerablemente mayores.
Ambos tipos de entrenamiento son importantes, pero es crucial adaptar el enfoque según las necesidades y objetivos individuales.
Martín es entrenador olímpico y docente en las tecnicaturas y diplomados de Enedif, donde se trabajan conocimientos y habilidades necesarias para un correcto entrenamiento para la salud y para el alto rendimiento.
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